Saben les contare una historia que para algunos sea ficción a otros será de verdad por que lo han vivido o se lo han platicado, en un día hermoso bajo el reluciente sol en su máximo exprendor, una joven pareja se conoció y de ahí nació, al paso del tiempo una atracción, la más importantes de sus vidas, ¿por que? por la hermosura de saber de que el alma que complementa la vida estubo ahí en ese paisaje lleno de arboles, bajo la lluvia, tal vez llorando por el nacimiento de un amor entre dos personas. Tal vez también de la grandeza de su rostro y cristalino bajo la mirada de la persona que siente un amor profundo dentro de su corazón que desde el mismísimo instante de conocerla encendió esa llama que permanecía en las cenizas de la tristeza y soledad, por la falta del cariño, la falta de cultivar la esencia del bendito amor de su corazón.
Ambos no dejaron de pensar de volver a revivir a través de sus besos el sentir de su corazón, el deseo de mostrar la pasión encendida de su corazones, quemar piel a piel el amor mutuo hasta el climax sublime desde el lecho de amor hasta el cielo azul.
Deleitarse a través de sus curvas de dulzura, recorrer la perfecta figura que es como mujer y hombre de la vida, deseosos de compartir cada instante, cada momento de compartir el amor, de que en este preciso instante de fundir sus cuerpos para decirlo a través de besos y caricias lo mucho que se aman.
Una historia que día a día, cada instante decir lo mucho que se aman, lo importante que son el uno al otro y sembrar la belleza de ese amor sincero.
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